Escapadas y Viajes

Qué comer en San Francisco, California

Imaginar EE.UU. es pensar en hamburguesas, comida basura, patatas fritas y calorías mil. Pero no todas las ciudades de América del Norte son iguales. En el mes de septiembre viajamos a California, recorrimos la costa Oeste de USA y nos sorprendimos con una ciudad en particular. Si ahora nos preguntamos qué comer en San Francisco, California, nuestra mente empieza a navegar entre sabores y degustar platos deliciosos que probamos al otro lado del Atlántico…

 

San Francisco, la ciudad europea de EE.UU.

Si por algo destaca San Francisco, además de sus largas y elevadas cuestas, su “Roca” frente a la costa y los famosos tranvías que recorren la ciudad, es por su gastronomía. La variedad y heterogeneidad de sus barrios la convierte en un núcleo urbano cosmopolita, una característica que se traslada automáticamente a su comida.

El primer día de estancia en la ciudad visitamos los barrios más céntricos de San Francisco: Civic Center, Union Square, Chinatown, el barrio italiano de Nob Hill y la ciudad financiera. Y para comer, decidimos adentrarnos en Japantown, el barrio japonés de San Francisco. En él, una calle central aúna todos los restaurantes propios del país, que muestran su calidad gastronómica en un claro referente: la mayoría de los vecinos del barrio comen en ellos. Así, repartidos entre las decenas de locales típicos de la zona, cientos de japoneses degustan los egg noodles, la sopa de miso, distintos tipos de sushi, nigiri, hosomaki roll o sashimi.

El restaurante elegido fue el Tanpopo, nos gustó bastante, de buena calidad y muy bien de precio. A los diez minutos de llegar se llenó de gente, por lo que es necesario reservar o ir pronto para asegurar una mesa.

Restaurante Tanpopo

Para cenar, esa noche decidimos explorar el barrio en el que estaba nuestro hotel, el motel Capri, en la zona norte de Pacific Heights. De esta forma dimos con uno de los mexicanos que abundan en la ciudad, donde degustamos de una buena ración de burritos, unos tacos y unos nachos. La comida mexicana es muy común en San Francisco, por lo que es una ocasión perfecta para disfrutarla.

Tortitas en restaurante mexicano

Burrito en restaurante mexicano

 

En bici por el Golden Gate, dirección Sausalito

Otro de los días en San Francisco alquilamos unas bicis para cruzar el Golden Gate. A primera hora de la mañana nos lanzamos a recorrer los pocos kilómetros que nos separaban el puente a través del paseo costero de la ciudad y comenzamos la ruta. El recorrido es muy sencillo y muy preparado para ciclistas, por lo que en menos de media hora ya estábamos al otro lado.

Unos kilómetros más adelante llegamos a Sausalito, el pueblo más bonito que vimos en EE.UU. Repleto de casitas bajas de colores envueltas en un ambiente pesquero, la pequeña ciudad costera ofrece una de las mejores vistas de San Francisco desde la bahía.

Después de visitar el pueblo comimos nuestra primera hamburguesa americana, en un restaurante pequeño e informal en el 817 de la calle Bridgeway, muy mal llamado Fish & Chips. La connotación que ofrece este término no hace justicia con el encanto del local, un lugar pequeño pero acogedor, con mesas dentro y una pequeña terraza fuera, que ofrecía al turista la mejor carne de la zona.

 

Hamburguesa en Fish & Chips en Sausalito

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Tras recorrer la ciudad regresamos a San Francisco y dimos un paseo por la Ciudad Financiera. Después de tomar una buena cerveza en la happy hour de alguno de sus barrios, un buen plan es degustar el pescado que ofrecen en el Fishermann Wharf. Así lo hicimos para cenar: en torno a toda la zona del puerto, cualquier restaurante es bueno para probar los calamares, patata rellena, cangrejos a la parrilla o mejillones, y todo con unas bonitas vistas frente al mar. No os quedéis en el primer sitio que os guste, patead la zona porque el producto es el mismo en todos los restaurantes, y los precios varían bastante.

 

Crab in Fishermann Wharf

En general, San Francisco es una buena ciudad para vivir, comer, beber y pasar unos días. Su aspecto europeo, con un encanto particular y una estética victoriana, hacen de ella el lugar perfecto para disfrutar de unas buenas vacaciones.

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Marta

Periodista, viajera infinita, vallisoletana de origen y madrileña de adopción.

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