De tapas por Córdoba
Córdoba es una de esas ciudades que tienen magia y que nos encanta visitar de vez en cuando. Además de su belleza, cuenta con una muy buena oferta gastronómica. Hoy te contamos qué y cómo ir de tapas por Córdoba.
Salmorejo cordobés
En la búsqueda por el salmorejo cordobés, uno de nuestros platos favoritos, llegamos hasta El Caballo Rojo, justo al lado de la mezquita de Córdoba. Se trata de uno de los clásicos de la restauración cordobesa y no quisimos perdérnoslo. Decidimos quedarnos en la barra y elegimos unas alcachofas a la montillana, deliciosas, y un sabrosísimo solomillo al Montilla, dos de los platos más típicos del restaurante. Nos quedamos con las ganas de probar el rabo de toro y el salmorejo, pero lo dejamos para el siguiente local.
Ya en la Judería, nos acercamos a Taberna Pepe, más conocida como Casa Pepe. También en la barra, no lo dudamos, ya era la hora del salmorejo tradicional con jamón y huevo con un sabor impresionante. Seguimos con un pisto casero con huevos camperos riquísimo, unas croquetas de puchero con jamón cocinadas como nuestras abuelas y un rabo de toro estofado a la antigua muy bueno. Un restaurante totalmente recomendable con una muy buena calidad y un precio bastante justo.
La tortilla más conocida de Córdoba
No podíamos irnos de Córdoba sin probar la tortilla de patata más famosa de la ciudad que sirven en el bar Santos. En uno de los laterales de la mezquita de Córdoba es fácil ver a gente joven y no tan joven tomando una tapa de tortilla en esta pequeña taberna. Y es que, se ha convertido en el plato estrella del local y cuenta incluso con premios de gastronomía. La verdad que la tortilla impresiona, ya que está hecha con 5 kilos de patatas y 20 huevos.
Sin salir del casco histórico, en la calle Lucano, llegamos hasta El Paseo Ibérico, un lugar entrañable donde nos trataron fenomenal. Tienen una carta sencilla con productos leoneses, como surtidos ibéricos, quesos puros de oveja, jamón ibérico de bellota, medallones de solomillo, pero también comida local como flamenquines serranos o berenjenas con miel de caña.
Y para tomar unas cañas, llegamos hasta La Tata, en la misma calle Lucano, un pequeño local con encanto y con un camarero muy agradable y conversador, que animó nuestro comienzo y final del fin de semana.