Probablemente este sea uno de los post menos amables que hayamos publicado. Y es que solemos tener bastante suerte (o el olfato gastronómico, que ya empieza a tener unos años, jeje) y la mayor parte de los restaurantes que visitamos son de calidad más que aceptable. Pero como sabéis, en Paratieslavida no hay ni trampa ni cartón, hablamos de nuestra experiencia, sin filtros ni amaños. Y hoy os contamos de primera mano dónde no comer en Valencia.
Uno de nuestros últimos viajes tuvo como destino Valencia, una ciudad preciosa en la que habíamos estado hacía muchísimo tiempo y estábamos deseando volver. Cómo no, soñábamos con comer una auténtica paella al lado del mar, así que nos trasladamos a la zona de la playa de la Malvarrosa. Al ser sábado por la mañana, el ambiente era estupendo, grupos de amigos paseando, despedidas de solteros, incluso charangas amenizaban el paseo marítimo mientras otros recibían a los primeros rayos de sol de la temporada tumbados en la arena. Y llegó la hora de comer y con ella, el aluvión de ofertas se agolpaban a lo largo del paseo marítimo. Al no tener referencias, cometimos el fallo de entrar a uno de los primeros sitios que encontramos: La Divina Comedia.
Dónde no comer en Valencia
En el menú de 12 €, podía elegirse entre los primeros, ensalada burrata, calamares, mejillones a la italiana, croquetas de jamón, fritura de boquerones o sepia a la plancha. En las fotos podéis ver nuestras elecciones que, la verdad, que no nos gustaron nada ya que estaban bastante insípidas y no parecían de demasiada calidad.
Como segundos platos del menú había merluza al horno con verduras, parrillada de carne con patatas fritas (chorizo, longaniza pechuga y entrecot) y macarrones bolognesa. En este grupo también podía pedirse arroz para un mínimo de dos personas: paella valenciana, paella de marisco, arroz negro, arroz a banda y fideua de marisco. Elegimos estos dos últimos platos.
Arroces valencianos
En primer lugar, la paella de marisco, aunque la verdad que distaba mucho de las altas expectativas que teníamos para un típico arroz valenciano, “pudimos comerla”. Sin embargo, no pudimos con la fideua. Se trataba de poco más que fideos hervidos con cuatro gambas y dos mejillones. Una decepción total.
Nos fuimos de allí sin postre, con un café rápido y con la sensación de habernos dejado llevar por la “turistada”. Menos mal que al día siguiente nuestros amigos valencianos nos invitaron a una riquísima paella y nos resarcimos. Aquí tenéis la foto de la maravilla que comimos en nuestro último día por tierras valencianas:
